lunes, 10 de enero de 2011

Yoga de la Risa Perú

Hace un año atrás todo parecía estar bien, yo era una profesional exitosa y reconocida. Uno de mis sueños era hacer una maestría en Europa y lo cumplí, fui a Barcelona estudiar para Ser Coach Ontológico. Estaba acostumbrada alcanzar las metas que me trazaba.

El status profesional me dio poder, tener un poco más que los otros me volvió soberbia y me alejé de Dios, el mundo de las cosas y los placeres me envolvió.

Un día, mi madre me llamó para decirme que debía regresar. Ya me había acomodado, había dejado atrás el dolor y las pérdidas, porque no sólo sufrimos cuando alguien muere sino también cuando alguien nos deja y a mí me habían dejado de amar. Ese dolor reprimido me produjo un Hérpes Soster.  Esa fue la primera señal de que algo andaba mal pero no le hice caso a mi cuerpo y continué con mi activismo acostumbrado.
El 3 de setiembre del 2009 llegué a Lima, traía desde Europa un pequeño dolor en el abdomen bajo que me molestaba, así que decidí ir al médico. El  ginecólogo me hizo un chequeo de rutina y en la ecografía vio un tumor  grande en el ovario creciendo hacia adentro, me sacó inmediatamente exámenes de sangré  y al leer los resultados me dijo: Jackie, tienes cáncer.

En ese instante lloré, sin embargo tenía paz, sabía que estaba ocurriendo por algo, me pregunté ¿por qué a mí? como culpándome porque me sentía castigada.

En medio de mi dolor fui consciente que debía luchar, era el reto más grande de mi vida y sin pensarlo dos veces le dije al Dr. ¿Qué hay que hacer?  Operar dijo y lo hizo.

 A la semana siguiente afronté lo más difícil, tenía un cáncer avanzado: un cáncer de ovario bilateral, grado 3 C con tres metástasis y debía de someterme a quimioterapia. El Dr. me dijo que se me caería el pelo, que tendría muchos dolores y que debía de rezar mucho para que el tratamiento funcionara, el 80% dependía de mí, el reto era: La Responsabilidad.

Leí mucho, visité varios especialistas y encontré un oncólogo  que practicaba la medicina holística, él me dijo que en paralelo hiciera terapias alternativas que me ayudaran a recobrar mi equilibrio emocional, porque el cáncer es una enfermedad que se activa por la acumulación de toxinas en el cuerpo, toxinas que surgen por la angustia, el miedo, la culpa, la tristeza, el resentimiento, el rencor, la rabia, la falta de amor, etc.

Empecé retomando mi amistad con Dios, luego me conecté conmigo misma, decidí perdonarme y amarme. La oración fortaleció mi Fe y confié.  Sentía que Dios me mostraría los caminos para sanar pero debía empezar por dentro.


EL MILAGRO: YOGA DE LA RISA (
Cuando estamos en conexión perfecta con nuestra espiritualidad: Dios y nosotros mismos, nos invade una sensación de armonía con la que te empiezas a sanar.  Yo sólo quería salud, me había dado cuenta que nada de lo que había alcanzado materialmente hasta ese momento, era más importante que el regalo de vivir y estar sano.

Después de experimentar esta cercanía con Dios y encontrar un equilibrio emocional empezaron a abrirse las puertas, El universo conspiró como dice Coelho y llegaron muchas terapias alternativas entre ellas YOGA DE LA RISA. Esto fue como un oasis donde descansar, una fórmula perfecta para sacar toda la toxicidad del cuerpo y generar bienestar por la felicidad que produce la risa.

Averigüé sobre la técnica y me contacté con el maestro, cómo estaba lejos realicé yoga de la Risa por Skype y me di cuenta que funcionaba. Yoga de la risa me enseñó a ver la vida de manera distinta, a pararme con optimismo y con esperanza frente a la enfermedad, elevó mi sistema inmunológico, me di cuenta que la risa me permitía no tener tanto dolor porque me relajaba, descubrí que cuanto más me reía con los ejercicios de risa mi bazo funcionaba de forma tan perfecta que eliminaba con mayor rapidez toda la toxicidad que dejaba la quimioterapia por lo que el efecto nocivo me duraba muy poco, nunca tuve nauseas ni mareos.

Yoga de la risa me permitió ver mi cáncer con una actitud positiva, como una oportunidad y no como un castigo. Me ayudó a respirar mejor, de tal manera que experimentaba bienestar en todos mis órganos, el dolor a los huesos desapareció en pocas semanas cuando el médico me dijo que duraría mínimo 6 meses. El reir y usar las palmadas del jojojajaja movilizaron mis articulaciones.

Con Yoga de la risa desapareció la tristeza y la inseguridad.  Después de experimentar mucha mejoría y de terminar mi tratamiento oncológico de fui por los resultados finales. Ya no tenía más miedo, fui confiada en Dios y con la actitud positiva que yoga de la risa me había enseñado y el Dr. me dijo: Jackie, estás sana, no hay más cáncer.

En ese instante comprendí que es posible curar hasta un cáncer cuando te permites 3 condiciones: estar en perfecta conexión con Dios lo que te da mucha paz, estar feliz contigo mismo, es decir, amarte con todo lo que tienes y traes sin ningún reproche, más bien riéndote de las circunstancias sin que estas te afecten, eligiendo con amor y responsabilidad las personas que deseas que te rodeen. Yo elegí ser feliz y agregar más personas que rian conmigo, por eso fundé Yoga de la Risa en el Perú.
  
UNA NUEVA VIDA
“Todos los días Dios nos da un momento en que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices”(Paulo Coelho). Por eso hoy doy Gracias al Dios de la vida por haberme regalado un cáncer para aprender a valorar día a día todo lo que tengo y el amor que llega a mi vida a través de las personas.
Esta experiencia dolorosa me ha transformado en un ser sensible, atento y amoroso. Ha sacado de mí el coraje para luchar, la paciencia para esperar y el amor para dar partiendo de mí. Me ha hecho enfrentar mis miedos y la indecisión, me ha enseñado a priorizar y a elegir.

La enfermedad es una experiencia límite que si lo elijes es una gran maestra, si eres positivo podrás ver que detrás de esa prueba dolorosa hay una gran lección pero tienes que ser responsable para elegir con qué te quedas.

Hoy, me dedico a difundir Yoga de la Risa en el Perú como una terapia alternativa efectiva para sanar cuerpo, mente y espíritu. Soy Coach Ontológico por lo que trabajo en consultas privadas con todo tipo de personas que desean tener un encuentro consigo mismas, con Dios y mejorar su relación con los demás votando todo tipo de toxina que está generando enfermedad en su cuerpo, agregando risa a su vida.
Mi compromiso con la vida, con Dios y con el Perú es crear un espacio físico donde podamos hacer que las personas se sientas felices más allá de cualquier dolor y yoga de la risa está abriendo la puerta de un sueño mayor.

Cómo dice Coelho: “La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante” y yo tengo un gran sueño EL HOSPITAL DE LA ALEGRÍA.

Me despido dejándoles esta frase de Confucio: “La Gloria más grande no consiste en no haberse caído nunca, sino en haberse levantado después de cada caída”

Que la Risa sea una constante en tú vida para vivir sano, feliz, lleno de amor y en conexión total con Dios. 

Que la Risa nos una como hermanos para hacer realidad el Hospital de la alegría y generar más bienestar y felicidad a nuestro alrededor para vivir en completa paz.

Jacqueline Domhoff
Directora de Yoga de la Risa Perú.
“Yo soy una mujer comprometida, valiente, segura y viva”

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